Bertolt Brecht / La Pajarita de Papel
Madre Coraje y sus hijos
Teatro La Puerta Estrecha
Hasta el 23 de diciembre (C/ Amparo, 94. Madrid)
Es la guerra. Cruel, amarga, desoladora. Arrasa con todo y destroza a todos. No se para a comtemplar sus efectos y sigue cercenando la vida y las esperanzas sin tregua. Ahoga en la miseria a los habitantes que la sufren y transforma a los que combaten convirtiéndolos en peones sin razón que se dejan dirigir con el único afán de seguir alimentando a esa cruel bestia. Los pueblos sufren, aguantan lo indecible y tratan de sobrevivir en los contextos más duros y difíciles. Y entre la guerra, muchos se convierten en insensibles al terror que esta provoca. La misma guerra se transforma en el ambiente natural para quienes la sufren durante mucho tiempo y es utilizada por algunos como medio de subsistencia. Paradójicamente, la guerra se convierte en un medio de vida entre la muerte.
Ese es, quizás, el mensaje profundo de la obra del dramaturgo y poeta Bertolt Brecht (1898-1956) titulada Madre Coraje y sus hijos, estrenada en Zurich en 1941 y reeestrenada en Berlín, con música adicional de Paul Dessau en 1949. Una obra incómoda y seca que pone en escena la compañía de teatro La Pajarita de Papel en el madrileño Teatro La Puerta Estrecha bajo la dirección de Rodolfo Cortizo, ambientación musical en directo de María Herrero y escenografía. vestuario y atrezzo de Eva Varela Lasheras, que, además, es la actriz protagonista en el papel de Madre Coraje.
Un montaje sutil y ocurrente, en el que la carreta en la que se mueve esta mujer avispada junto a sus hijos se convierte en un papel principal de la obra. El argumento nos lleva a los tiempos de la Guerra de los 30 años (librada en la Europa Central entre 1618 y 1648), como un referente claro que entonces Brecht quiso hacer con la invasión bélica de la alemania nazi recién ocurrida en 1939. La protagonista, Anna Fierling, conocida como Madre Coraje, recorre los territorios en guerra con sus hijos a bordo de un carro para vender, comerciar y ofrecer alcohol a los contendientes, sean del bando que sean, y sacar así benefico de un conflicto del que, a priori, solo podría obtenerse sufrimiento. La barbarie se sucede y a lo largo de su recorrido, Madre Coraje va perdiendo a sus hijos aunque no su gransabiduría ni su energía vital. Eva Varela hace un papel contundente, fuerte, poderoso y rotundo y sirve de canalizadora a todos los personajes que van deambulando por una obra que no deja títere con cabeza: desde los abusos a las mujeres hasta la anuencia del clero, de los empresarios y del mismo pueblo con unos regímenes que no miran por los ciudadanos y sí por los beneficios de unos pocos (¡qué terriblemente contemporáneo suena todo esto!).
Una obra larga y dolorosa, con momentos sarcásticos y mucho humor negro que no es sino para satirizar y poner en evidencia los males que lastran nuestra sociedad moderna. Un montaje que utiliza de una forma ingeniosa el pequeño espacio de este precioso teatro lavapiesino, creando con la carreta sensaciones de movimiento y de paso del tiempo de manera magistral.
Un texto que cada vez se convierte en más actual, que conviene releer o, por qué no, descubrir entre las paredes imaginarias que se crean en las tablas de los escenarios teatrales.
Más información y reservas de la obra pinchando aquí.
Javier Herrero
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