jueves, 25 de octubre de 2012

Cabaret Desire



Erika Lust
Cabaret Desire
(2011) Cameo

Sofisticado e intelectual. Entre la bohemia y el club privado. Lujoso y poco real. La escritora, guionista, directora y productora sueca afincada en Barcelona Erika Hallqvist es bien conocida como Erika Lust en el mundo del cine porno. En los últimos años se ha hecho muy popular por querer dar una vuelta de tuerca a ese género siempre tan relacionado con el machismo y la dominación masculina, por un cine que parece que ha dirigido sus pasos siempre hacia un público masculino (al menos en las últimas décadas, ya que en sus inicios en los años 70 la liberación sexual y el amor libre lo impregnaba sin tapujos).


El caso es que Erika Lust lleva unos cuantos largometrajes con los que quiere presentar una lectura más sosegada del porno, en donde no sea el “aquí te pillo, aquí te mato” el argumento (si se puede llamar así) central de la película. Lust crea ambiente, personajes y contextos para que se incentive el flirteo que desemboque finalmente en lo que justifica y da sentido al cine pornográfico: la relación sexual frente a los espectadores. Pero lo hace de una manera adornada, tratando de que el espectador (y la espectadora, a quien busca empatizar con este tipo de cine) vaya penetrando suavemente en el extraño, apasionante y siempre complejo mundo del sexo. En realidad, su cine tampoco se aleja del habitual del porno en lo fundamenteal: provocar excitación al espectador/a de la película, solo que Lust incide enormemente en el erotismo previo, en la relación que se genera entre dos (o más) personas con las miradas, los escotes, las ropas, las copas, la música, el ambiente en el que se encuentran.


Por primera vez, una distribuidora de cine no pornográfico se encarga de la difusión de una cinta del género, el cuarto largometraje de Erika Lust titulado Cabaret Desire. El relato de cuatro historias amorosas y sexuales con un nexo común: un local que parece un club en el que los asistentes pagan a lectores para que les cuenten historias que les provoquen sensaciones sensuales. Algo así como aquella interesante Exótica que dirigió el canadiense de origen armenio Atom Egoyan en 1994, pero centrándose solamente en las implicaciones sexuales que ofrece un club de encuentros insólitos y dejando de lado la parte dramática de la vida.
El problema que encuentro es que tanta sofisticación en Cabaret Desire hace que todo quede muy lejano para la mayoría de los mortales. Se presenta como un club que parece de acceso restringido, ropajes y decoraciones exclusivas, cuerpos casi de diseño, casas modernas y luminosas, cultura por todos los sitios, diálogos en inglés... ¡Uf! ¡Qué lejos queda todo eso de la mayor parte de la gente! Parece como si los anuncios de colonia tan perfectos que emiten cerca de las navidades continuaran para mostrarnos lo que ocurre entre los y las supermodelos que aparecen en ellos. Y todo eso resulta un poco falso. Aunque no dudo de que haya gente que se comporte así en su vida cotidiana, la excitación, la sensualidad y el erotismo es patrimonio de todos y tanta perfección quizás aleja la propuesta cinematográfica de un público numeroso (que puede que prefiera el consabido “aquí te pillo...”).
Hay que advertir también que la película que se presenta en el dvd es la versión soft (muy erótica, eso sí) de Cabaret Desire y que en el interior de hay un acceso gratis a la versión explícita de la misma a través de lustcinema.com, la página web de la directora y escritora Erika Lust. ¡Ah! También se incluyen en el dvd dos cortos de Lust: Room 33 y Handcuffs, divertido el primero e inquietante el segundo. También otro corto, The poetry brothel (El prostíbulo poético), de Patrick Catuz, realizado con actores y actrices durante el rodaje de Cabaret Desire.
Puedes ver el making-of de Cabaret Desire pinchando aquí.
Javier Herrero

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