viernes, 4 de mayo de 2012

La carreta fantasma


Victor Sjöström
La carreta fantasma (Körkarten, 1921)
A Contracorriente Films, 2011

«Mis maestros son suecos, los directores de la época muda a los que, en su tiempo, imitaron los propios alemanes. A Sjöström lo considero uno de los mayores directores de todos los tiempos». Son palabras de Ingmar Bergman (1918-2007) sobre Victor Sjöström (1879-1960), un actor y director que, junto a Mauritz Stiller (1883-1928), dibujó la grandeza del cine sueco pocos años después del inicio en 1907 de este arte en el país nórdico.
La cinta más famosa de Sjöström fue La carreta fantasma, de la que el mismo Bergman aseguraba ver al menos una vez cada verano «solo o con personas más jóvenes» y para quien era la película más importante de la historia. El propio Sjöström protagonizaría años más tarde, poco antes de morir, la inolvidable Fresas salvajes (1957), una cinta que su director Bergman aseguraba haber perdido como propia a manos del apabullante carisma en la pantalla de su maestro Sjöström.
La carreta fantasma es un fábula moral que adapta una novela de la premio Nobel sueca Selma Lagerlöf (1858-1940) y que comparte aspectos con mitos populares como La Santa Compaña o El Holandés Errante. Narrada con un ambiente de fantasía sobrenatural, Sjöström, que se reservó para sí mismo el papel protagonista, logró captar esa atmósfera a la perfección, logrando al mismo tiempo novedosas soluciones narrativas para el cine. Por un lado, apoyado en la extraordinaria fotografía de Julius Jaenzon (1885-1961), utilizó el gran alarde técnico para la época de la superposición de imágenes, lo que hizo que el montaje se hiciera casi eterno, logrando con ello plasmar los dos niveles de narración por los que discurre el relato. Por otra parte, los flash-backs entrecruzados, al narrar de forma muy precisa una historia dentro de la otra que, a su vez, lo es de otra historia y logra que todas confluyan en el momento oportuno consiguiendo con ello una gran efectividad dramática.
La historia es una leyenda que habla de una carreta fantasma, invisible para los vivos, que aparece justo en el momento en el que alguien muere de forma anómala para recoger su alma y entregársela a la muerte. Este porteador de espíritus dirige una destartalada carreta tirada por un esquelético caballo, aunque solo durante un año, pues la leyenda afirma que aquel que muera de forma indebida al sonar la última campanada de la última noche del año será condenado a servir como porteador de almas muertas durante todo el año siguiente.
David Holm (interpretado por el propio Sjöström) es un pendenciero borracho y violento que hace la vida imposible a todo el mundo con el que se cruza, principalmente a su mujer, a la que humilla, maltrata y desprecia incluso en presencia de sus hijas. La vida de David se mueve por ambientes turbios y malsanos y en alguna ocasión no tiene más remedio que solicitar la ayuda de alguien. Es cuando aparece la figura de la hermana Edit (Astrid Holm) del Ejército de Salvación, que, secretamente enamorada de David, pondrá todo su empeño vital en la recuperación moral del borracho, incluso tratando de solucionar los problemas de convivencia con su mujer, sobre la que generosamente tiene un gran respeto y un fuerte sentimiento de piedad.
Una historia con una fuerte carga moral y moraleja final de aquellas que comienzan con «había una vez…». Una maravillosa obra de arte del cine mudo que ha tenido seguidores a lo largo de la historia, sobre todo en el terreno de la música, siendo acompañada por bandas de heavy metal y músicos de electrónica principalmente y que, en esta edición, cuenta con una música original compuesta por Matti Bye, escrita especialmente para la restauración digital que el Instituto Sueco del Cine realizó de ella en 1998 dentro de los actos programados en Estocolmo como Capital Cultural de ese año.
Puedes ver un fragmento de La carreta fantasma pinchando aquí.
Javier Herrero

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