martes, 13 de noviembre de 2012

Baila, baila, baila

Haruki Murakami, dibujado por Javier Herrero

Haruki Murakami
Baila, baila, baila
Tusquets editores, 2012

Después del atracón de emociones y personajes que fue 1Q84 (Tusquets, 2011), el tiempo se alarga, es expande de manera irreal y parece que la magia narrativa de Haruki Murakami no va a regresar nunca más. Afortunadamente para todos los muchos seguidores que somos del intrigante, melancólico y romántico universo de este escritor japonés, existen aún algunos títulos no traducidos al castellano y, de cuando en cuando, Tusquets nos los va ofreciendo como si fueran nuevas puertas que se abren a esos mundos fantásticos que relata. Unas puertas tras las que, al abrirlas, podemos regresar a los parajes oníricos, a los paisajes atormentados y a los protagonistas tan especiales que tras ellas se esconden.
Todos los años hablan de Haruki Murakami como uno de los más sólidos candidatos al Premio Nobel de Literatura. Quizás sea porque actualmente puede ser el escritor más famoso del mundo. Quizás sea porque su prosa ha encontrado caminos llenos de belleza en los que pueblan inolvidables personajes atormentados que siempre buscan soluciones a sus problemas emocionales con un pie en la realidad y otro en el sueño. Quizás puede ser porque Murakami ha renovado la literatura utilizando argumentos universales y eternos como el amor, el deseo y la necesidad de soñar y ser soñado por otros.
Quizás le den el premio un año de estos. Pero eso no importa mucho. La calidad de este escritor va a ser la misma lo reciba o no. Y, muy probablemente, su obra transite el paso del tiempo sin perder sus esencias y sin transformar su intensa capacidad de despertar emociones en los lectores. Todas diferentes, cada lector con la suya propia. Una capacidad que, además, ha roto las fronteras de la cultura nipona propia del escritor y se ha extendido por cualquiera que sea las culturas y lenguas de sus millones de lectores.
Escrita en 1988, poco después de Tokio blues, Norwegian Wood (Tusquets, 2005), el libro que le catapultó internacionalmente, llega ahora la traducción al castellano de Baila, baila, baila, otra de sus aventuras inquietantes y preciosistas que, una vez comenzada, es difícil de dejar de leer hasta el final. En ella, un joven periodista freelance siente que algo le llama interiormente y en sus sueños para que regrese a un viejo hotel en el que estuvo alojado unos años antes junto a una fascinante mujer con la que convivió tan solo una semana y a la que no volvió a ver nunca más. Desde ese momento, la realidad y la irrealidad flirtearán con los pensamientos del protagonista, que irá conociendo a distintos hombres y mujeres, que parecen ser piezas clave en ese camino que sus sueños le indican y que le dirigirá hacia algún lugar que desconoce pero al que irremediablemente tendrá que llegar.
Esa es, precisamente, una de las grandes cualidades de la literatura de Murakami, también presente en este título: la construcción de personajes. En pocas páginas logra que nos sintamos cercanos a ellos, por muy surrealistas o fantásticas que sean las situaciones en las que los coloca. Como una filigrana oriental, Murakami talla finamente los caracteres y las relaciones entre ellos para que el conjunto esté conectado de manera fantástica.
No puedo decir si este Baila, baila, baila es mejor o peor que otros títulos del escritor. Lo que sí sé es que, como los otros (cada uno de una forma muy especial), logra atrapar al lector con su capacidad para lanzarlo a otro universo que, quizás, no sea más que este que creemos real visto, tan solo, desde un enfoque diferente.
«Miré el reloj. Eran casi las cuatro. Faltaba apenas una hora para que amaneciera. Una hora en la que los pensamientos se vuelven profundos y se comban».
Unas cuantas copas (espaciadas) y, como es habitual en los libros de Murakami, la música que se incluye en este texto (¡deberían publicar el libro con un cd acompañándolo!) puede ser la mejor compañía para dejarnos caer en las redes de Baila, baila, baila, de las que quizás despertemos al acabar (o quizás, no).
Javier Herrero

1 comentario:

  1. Muy buena reseña, me ha gustado un monton. Como escribes es dificil de decir si es mejor que otros de sus libros. Me ha gustado aún más que su precuela La caza del carnero salvaje.

    Un saludo

    FJ

    ResponderEliminar