Fernando Fernán Gómez, dibujo realizado por Javier Herrero |
Fernando Fernán Gómez
Mi hija Hildegart (1977) Divisa Home Video
Si hay alguien en el mundo del espectáculo en
España que sobrepasa cualquier tipo de clasificación, ese fue, sin duda,
Fernando Fernán Gómez (1921-2007). Actor y escritor de cine, teatro y
televisión, pasó por todos los géneros y dejó inolvidables muestras de
sabiduría interpretativa y originalidad en su obra escrita, aunque en su faceta
como director nunca llegó a gozar de un gran éxito. Pese a ello, alguna de sus
películas forman parte de la historia de nuestro cine, como la sobresaliente
comedia La vida por delante (1958), la peculiar muestra de humor macabro El extraño viaje (1964), el drama casi existencialista El mundo sigue (1963), la
hilarante parodia en verso La venganza de don Mendo (1961) o la tragicómica
biografía del mundo de los artistas que tituló El viaje a ninguna parte (1986)
y que le llevó a alcanzar la gloria tras conseguir tres premios Goya, al Mejor
Guión, a la Mejor Película y a la Mejor Dirección, además de que ese mismo año
también se llevara el de Mejor Actor por su interpretación en Mambrú se fue a la guerra (1986), también dirigida por él mismo.
Su compromiso por la justicia y libertad fue
bien conocido pese a que fuera uno de los rostros más populares en el cine que
se realizó durante la dictadura franquista. Creó personajes inolvidables en
películas como El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1973), Ana y los lobos
(Carlos Saura, 1972), El anacoreta (Juan Estelrich, 1976), Pim, pam, pum...
¡fuego! (Pedro Olea, 1975), Maravillas (Manuel Gutiérrez Aragón, 1981), Belle
époque (Fernando Trueba, 1992) o los televisivos Juan Soldado (1973) y El pícaro (1974), por citar solo algunas de sus más de 180 interpretaciones para
cine.
Una de sus más curiosas películas es Mi hija Hildegart, que dirigió según un guión de Rafael Azcona adaptando el libro
Aurora de sangre de Eduardo de Guzmán. En ella se narra el caso real de Aurora
Rodríguez que en el Madrid republicano de 1933, asesinó a su propia hija porque
se estaba separando de aquellos patrones de libertad femenina y feminista para
los que la había concebido. Quiso crear y criar a la mujer perfecta,
inteligente, libre e independiente de los hombres para que liderara la lucha por
los derechos de las mujeres. A los 16 años, Hildegart ya había acabado su
carrera de derecho, empezaba la de medicina y escribía artículos y libros y dos
años después era ya una reconocida contertulia en los medios revolucionarios e
intelectuales. Pero Aurora no había considerado algo que podía poner en peligro
su plan: el amor y el sexo, y Hildegart acabó descubriéndolo y encontrando lo
que para su madre no era más que un sometimiento a la figura del hombre. La
tragedia estaba servida.
Fernán Gómez dirigió este drama real
acentuando la narración en la figura de la madre, interpretada por una
histriónica y convincente Amparo Soler Leal, aunque, como comentan los
periodista Jesús Angulo y Francisco Llinás en el libro Fernando Fernán Gómez.
El hombre que quiso ser Jackie Cooper (1993), “no deja de asombrar que el filme
utilice el dispositivo narrativo del ya defenestrado Nuevo Cine Español en esa
búsqueda de la qualité perdida, acentuada por la moda de lo 'retro' que
envuelve al filme”. En definitiva, una pelicula frankensteiniana en la que
narró un suceso estrambótico sobre los límites a los que puede llegar la pasión
por las ideas o la radicalización de las mismas por muy buenas intenciones que
estas puedan llegar a tener.
Javier Herrero
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