martes, 2 de abril de 2013

Daniel Higiénico


Foto:Jack el diseñador
Daniel Higiénico

Se llama Daniel Soler pero se le conoce con el apodo de Daniel Higiénico. Durante la década de los 90 recorrió los escenarios de toda España junto a su Quartet de Baño Band escenificando las bondades y miserias de nuestra sociedad a través de personajes como El Hombre Cucaracha o El Diablo en Persona… Un artista, nacido en Barcelona en 1960 y residente en Palma de Mallorca, que utiliza el humor, la ironía, la sátira y la crítica como canales para que discurran sus canciones. Es uno de esos artistas offside, inclasificables, peculiares y únicos que se hacen fuertes en el escenario con su gran prresencia y dominio de las tablas, con su actitud teatral y su versatilidad musical. Desde hace unos años, Daniel sigue su carrera en solitario, autoeditándose sus discos, vendiéndolos (y regalándolos) online y sosteniéndose con los conciertos pequeños y con la colaboración de esas almas piadosas que no desean que se pierdan las oportunidades de volver a escuchar las geniales ocurrencias de artistas diferentes, simpáticos y cercanos al mundo real. Hablamos con él para que nos cuente su mundo y sus proyectos.

¿Te ves más como músico, como actor, como hombre-orquesta, como humorista? Eres como un cóctel cuyos ingredientes son el clown, el cantautor, el showman, el músico… ¿Pesa más una faceta que otra?
D.H.: Me siento bien con todas ellas… Mi trabajo consiste en meterlo todo en una coctelera y darle un sentido.

Utilizas la ironía, el humor, el sarcasmo como modo de expresión musical. ¿Se trata de una terapia contra los problemas que nos rodean, de una manera de combatirlos o de una especie de escapismo?
D.H.: Esa es mi forma de comunicar desde el escenario; cada uno tiene la suya y yo estoy cómodo con esa. No me planteo nada más, aunque a veces sí que puede ser una terapia, sobre todo para mí.

Tus letras son mordaces y parecen una canana llena de flechas contra muchas instituciones, tradiciones o personajes que parecen intocables.
D.H.: Nada ni nadie debería ser intocable. Creo que eso es básico… Pero si lanzo flechas no es contra nadie en concreto sino contra todos, incluido yo.

La edad, la paternidad… ¿apaciguan tus testimonios musicales?
D.H.: Cualquier vivencia te provoca alguna reacción y tener un hijo es una de ellas.  Y la edad también, por supuesto… No sé si es apaciguar la palabra… Mis mejores canciones, las más mordaces las he compuesto después de ser padre. Lo único que puede suceder es que algunas no sean tan directas… y quiero creer que eso es porque cada vez escribo mejor.

El hombre solitario frente al mundo que le oprime es uno de tus argumentos recurrentes, aunque a veces no se muestre en toda su crudeza al ser narrado con humor. ¿Es esa tragicomedia tan española lo que te inspira?
D.H.: Yo creo que eso es un sentimiento universal. Estamos solos, cada individuo tiene un mundo interior en el que nadie puede entrar… Para mí eso no tiene discusión. Después está la forma en que cada uno proyecte su vida.

Foto:Jack el diseñador

Es posible que haya algunos grupos sociales que se sientan molestos por cómo dices las cosas. ¿Has tenido algún problema alguna vez con alguno de tus textos?
D.H.: Alguna vez… Y con alguno lo he intentado razonar… Pero la libertad de expresión creo que está por encima de todo… Si te molesta algo que escuchas en una canción lo que deberías hacer es intentar entender por qué y no demonizarlo de entrada… Hay que aceptar que los demás no piensen como tú y si encima lo entiendes ya sería la bomba. La libertad de expresión sirve para eso. Yo no le pondría límites.

A la hora de presentar tu música en directo, ¿prefieres el escenario para tí solo o añoras los tiempos en los que te acompañaba la Quartet de Baño Band?
D.H.: La verdad es que no soy de añorar mucho el pasado… La Quartet de Baño Band era un grupo maravilloso con el que hice muchísimas cosas guapas… lo disfrutamos mucho… Pero yo siempre me lo paso bien. Me gustan las dos facetas, o las tres, porque actualmente tengo un espectáculo con David Sam, un magnifico pianista de Barcelona, con el que estoy haciendo conciertos memorables.

¿Quienes te inspiran? Fuera y dentro de la música.
D.H.: A mí me inspira cualquier cosa. Una canción, un niño, una obra de teatro, un cortometraje, una manifestación, una tuna, una conversación, da igual… yo cuento historias. En la parte musical es lo mismo, me inspira desde una canción infantil a un grupo punk.

Y ¿contra quiénes cantarías?
D.H.: Si hay que cantar contra alguien no lo haría contra nadie en concreto sino contra todos, incluido yo.

Tienes tus trabajos tanto a la venta como en distribución gratuita (a cambio de alguna ayuda para poder seguir creando). ¿Internet te ofrece más libertad que las antiguas y tradicionales discográficas? Vamos… ‘Yo me lo guiso…’
D.H.: Sí, pero la libertad también te da más trabajo… El trabajo que hacen las discográficas tienes que hacerlo tú en la medida que puedas. A veces compensa y a veces no, como todo.

Foto:Jack el diseñador

El boca a boca parece haber servido para que tu figura fuera conocida y reconocida...
D.H.: Así es, hace tiempo que esa es mi mejor promoción… Pero ese boca a boca hay que mantenerlo todo el año haciendo conciertos, discos, videos… A base de trabajo hay que intentar aumentar ese altavoz. Hace falta mucho boca a boca para llenar las salas.

Concienciado como estás con los problemas sociales (hoy, y siempre, tan intensos), ¿nos regalarías alguna reflexión para poder enfrentarnos a ellos?
D.H.: Para resolver los problemas hace falta mucha empatía y mucho diálogo… Yo pienso que se puede conseguir. Pero eso es lento... quizá generaciones enteras. Pero si hablamos de problemas concretos, de ahora mismo, creo que lo que hay que hacer es luchar por lo que crees justo, intentando ser coherente en tu vida diaria. Defender tus causas sabiendo que quizá la mitad del planeta no está de acuerdo contigo y que nadie tiene la verdad absoluta. Y no olvidarnos que, como cualquier animal, tenemos el instinto de supervivencia muy arraigado. Empatía y diálogo, eso sería lo ideal pero, lamentablemente, la historia nos dice que si no te radicalizas muchas veces no consigues nada. Hay que seguir apretando, está claro.

Tus proyectos próximos…
D.H.: Estrené un nuevo espectáculo teatral en solitario hace unos meses. Acabó de terminar una novela, que espero publicar a final de año, y se titula El Paseo Infinito, una historia muy loca con la que estoy muy ilusionado. Me lo he pasado genial escribiéndola… Estoy preparando un nuevo espectáculo músico-teatral con el pianista David Sam donde combinaremos teatro, música, y vídeo. También estoy componiendo nuevas canciones y grabando maquetas para un nuevo disco que aún no sé por donde irá. Y no parar de tocar, por supuesto.

Puedes ver el vídeo de Un minuto antes de partir pinchando aquí.
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Puedes comprar cualquiera de sus discos pinchando aquí.
Javier Herrero

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