viernes, 3 de febrero de 2012

Jan Svankmajer

Jan Svankmajer
Para ver, cierra los ojos (Pepitas de Calabaza, 2012)
Coincidiendo con el ciclo que, a lo largo de enero, ha realizado la Filmoteca Española de Madrid sobre la obra del realizador y artista checo Jan Svankmajer, la editorila Pepitas de Calabaza presenta un libro que recopila algunos de los más interesantes escritos de este artista singular. Considerado como uno de los grandes de la animación checa (y, por extensión, de la animación mundial), Svankmajer es un seguidor y líder indiscutible del movimiento surrealista de su país desde 1970, un grupo que, contra lo que pudiera parecer, sigue vivo y muy activo. Además, es un artista multifacético, ya que son muchas sus obras, siempre con una mirada surreal, en formato de grabados, dibujo, collage, objetos, esculturas... 
Y, sobre todo, cine. Es un especialista en animar todo lo que se le pone por delante, desde un muñeco o marioneta (son fantásticas sus recreaciones filmadas del mito de Fausto o del cuento de Alicia en el País de las Maravillas); anima personas reales, objetos cotidianos y hasta un trozo de carne, un filete que parece cobrar vida y alcanzar, incluso, la capacidad de expresar emociones. 
Nadie que vea su obra podrá dudar de la gran influencia que ha ejercido en otros creadores de animación como el famosos Tim Burton, el inesperado Terry Gilliam o los, menos conocido por estos lares, Quay Brothers. 
El libro se inicia con una interesante introducción a la obra del autor checo escrita por Jesús Palacios, en la que desgrana las claves del cine de Svankmajer. Una vez inmersos en su mundo, nada mejor que escuchar por su propias palabras lo que ha sido su experiencia creativa, todo ello en una larga entrevista que le hizo Peter Hames en 2006. Tras ello, y comenzando con un Decálogo, Svankmajer nos introduce en su mundo a través de sus escritos breves publicados en revistas como Analogon y Hmat a imaginace, otras publicaciones para festivales y textos sueltos, todo acompañado por una gran cantidad de imágenes de sus películas, de sus obras. Una oportunidad para conocer los estímulos cretivos de un autor único del que, lamentablemente (aún) no hay ediciones en dvd editadas en nuestro país. 
Javier Herrero

jueves, 2 de febrero de 2012

Supermame


Pablo Álvarez Almagro
Supermame (Pepitas de Calabaza, 2011)
Seguro que han visto alguna vez los famosos concursos de la televisión de los últimos tiempos o las batallas dialécticas presentadas como debates y que no son más que instrumentos para despellejar a quien se ponga por delante.  ¿No se han preguntado, al ver esos programas con tanta audiencia, hacia dónde va la televisión o cuál es el límite de decencia?
Quizá es que no hay límites y todavía nos queda por ver cosas que dejarán como juegos de niños estos, a mi entender, penosos espacios televisivos.
Con ese planteamiento inicial, el escritor y guionista ma­drileño Pablo Álvarez Almagro ha creado una suerte de fábula políticamente incorrecta: Supermame, su nueva novela. Concebida casi como una narración de intriga (con sus asesinatos y todo), el protagonista es un famoso creativo de espacios de televisión que, en vista de su decadencia y la baja estima en que le tienen los miembros de la cadena donde trabaja, idea un plan para volver al estrellato y revolucionar la historia de la televisión. La falta de escrúpulos (en cualquier sentido imaginable) le llevan a pergeñar un programa de variedades y entrevistas en el que todo vale. Ningún miedo a la censura va a impedir que el programa se emita y, como era de esperar, se convierte en un fenómeno de masas, incluso a nivel internacional.
¿Llegará algún día a convertirse la televisión en lo que plantea Supermame? ¿Se traspasarán las líneas rojas de decencia que la industria aún afirma marcar los límites de lo televisable?
Quién sabe... de momento.
Mientras tanto, podemos pasar un rato muy, muy entretenido con esta novela que parece recoger la filosofía del no hay nada sagrado que tanto se estiló en los años 80, precisamente, la época en la que está ambientada la novela.
Muy recomendable.
Javier Herrero