jueves, 11 de septiembre de 2014

Pandora



Henry James
Pandora
Impedimenta, 2014

Henry James
Un mundo cambiante se abre ante los ojos del protagonista de este libro. Un universo nuevo y desconocido ante el cual parece no tener la cabeza lo suficientemente bien estructurada como para entenderlo con facilidad. Es un joven alemán de familia noble a quien se le presenta un jugoso cargo en su incipìente y ambiciosa carrera diplomática. Una gran posibilidad de promoción y de nuevos e importantes contactos que el conde Otto Vogelstein asume como parte necesaria de su devenir en las altas esferas de la administración, para las que su educación y linaje le parecen haber destinado. Lo desconcertante de su recién estrenado puesto es que ha de desempeñarlo en la Gran República, los Estados Unidos de Norteamérica, con sus tantas veces fastidiosas costumbres tan veleidosas e irritantemente superficiales, tan lejanas a las firmes y recias maneras en las que se ha formado en las tierras del Bismarck.
Es más, su labor ha de ser desempeñada en una democracia moderna, situación social de la que este rígido conservador alemán opina que es “una fase pasajera” y de la que espera encontrar “numerosos argumentos en su contra [allá] en la Gran República”.
Entonces, hechas las presentaciones de este alemán estricto... ¿es posible que su mente pueda revolverse, agitarse, estremecerse... ante la presencia de una dama americana que, además, es de baja extracción social?
Durante el viaje en barco a su destino, el conde Vogelstein conoce a una mujer joven, Pandora, que no podrá olvidar fácilmente una vez instalado en Washington. Eso a pesar de sus ideas relacionadas con la alcurnia, la nobleza y las clases sociales, habida cuenta que la de la mujer que ha conocido no podrá nunca relacionarse con la suya nobiliaria. Pero no podrá olvidar a esa mujer, a pesar de las advertencias que le hicieron antes y durante el viaje al Nuevo Mundo:
«…le vinieron a la mente media docena de caballeros que habían terminado casándose con chicas americanas. Le parecía, a su vez, estar también en riesgo permanente de contraer matrimonio con aquella joven americana. Era una amenaza ante la cual uno jamás podía bajar la guardia, como sucedía con el ferrocarril, con el telégrafo, con el descubrimiento de la dinamita, con el rifle Chassepot, con el espíritu socialista... Indudablemente, constituía una más de las muchas complicaciones de la vida moderna».
Justamente eso: la vida moderna amenazando las ajadas estructuras de la Vieja Europa. El neoyorkino Henry James (1843-1916) consigue con Pandora (1884) un delicioso relato sobre los enfrentamientos de clases y sobre las revolucionarias costumbres sociales que se abrían paso en su tiempo para cambiar para siempre el mundo.
Pero lo que logra el autor de Las Bostonianas (1886) y de Retrato de una dama (1881) es algo aparentemente sencillo, universal, repetido una y otra vez... y hacerlo con una gracia, una inteligencia y una belleza de muy alta categoriía. Lo que Henry James relata es el proceso de enamoramiento que el joven conservador alemán sufre con la encantadora muchacha moderna, hecha a sí misma y con unas costumbres tan seductoras como alejadas de la idiosincasia del noble europeo. Describe perfectamente la transición de los pensamientos de Otto para tratar de entender y/o obligarse a rechazar (pese a sus reales deseos contrarios) a aquella que fascina con sus miradas y que también tiene encandilada a la nueva aristocracia de la Gran República americana.
El amor y la sociedad. Las costumbres ante los cambios... Y, sobre todo, una encantadora novela de amor.
Puedes leer el primer capítulo pinchando aquí.
Javier Herrero

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