martes, 15 de octubre de 2013

In memoriam Francisco Guerrero Marín


Dibujo de Francisco Guerrero realizado por Javier Herrero
Koan 2 / José Ramón Encinar
In Memoriam Francisco Guerrero Marín
Series 20/21. Ciclo Museo. CNDM
Auditorio 400. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Madrid, 14 octubre 2013

Dos acontecimientos sucedieron ayer en el estreno de los conciertos del Ciclo Museo que todos los años viene programando el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) en el Auditorio 400 del edificio Jean Nouvel del Museo Reina Sofía de Madrid.
Por un lado, la recuperación del mítico Grupo Koan, en este caso en su segunda versión que actuará en momentos puntuales dada, según palabras de su director, José Ramón Encinar, la dispersión que las músicas tienen en la actualidad motivado por “la recepción que tanto públicos especializados como generales dispersan” enormemente a la música contemporánea. La primera versión de esta formación tuvo su estreno allá por 1969, dirigido durante dos años por Arturo Tamayo, para ser oganizado después por Luis Izquierdo y posteriormente por Encinar, desde 1973 y durante dos décadas y convirtiéndose en uno de los conjuntos fundamentales para el desarrollo y difución de la creación contemporánea de la música española durante ese tiempo.
José Ramón Encinar (foto: Rafa Martín)
La reaparición de la formación para este concierto, de nuevo dirigido por Encinar, tiene, y este es el segundo acontecimiento, un motivo principal y único: un homenaje al compositor Francisco Guerrero Marín, nacido en Linares (Jaén) en 1951 y fallecido prematuramente en 1997. Desde su muerte, no se había realizado ningún concierto homenajeándolo y este se convierte, por tanto, en un momento especial, ya que Guerrero está considerado por muchos como uno de los más importantes compositores de la España más contemporánea. Su obra fue un poco por los márgenes de las aademias y las modas del momento; de hecho, no fue admitido en el Conservatorio aunque  sí trabajó mucho como profesor. Era un estupendo intérprete de piano, instrumento al que se familiarizó desde niño con su padre, además de pianista, profesor de música. Asimismo, tocó el órgano en la iglesia de San Juan de Dios y en la Catedral, ambas de Granada, donde recibió clases de Juan Antonio García.
Una de las influencias más importantes de su carrera fue un artículo que analizaba una pieza del compositor griego Iannis Xenakis (1922-2001) que relacionaba la tarea compositiva con el mundo de las matemáticas. a raíz de esto, surgió en Guerrero un método compositivo en el que utilizaba mucho la aletoriedad, la improvisación y, sobre todo, el grafismo en la escritura.
Un ejemplo de su técnica lo ofrecieron ayer en el escenario (en un espectáculo total, sin interrupción y con una cadencia argumental) cuando Koan 2 interpretó la misma obra, Sin ánimo de ofender (1974) en dos versiones diferentes, haciendo de la misma gráfica escritura de Guerrero (proyectada en pantalla gigante) el origen de dos obras diferentes, una para viola, guitarra, contrabajo y piano, y la otra para el conjunto instrumental casi al completo.
Previamente pudimos escuchar, algo poco habitual, un fragmento de Rigel (1993), obra electroacústica que tuvo visualización gráfica con las frecuencias proyectadas sobre la pantalla.
Las dos cantantes Carmen Gurriarán e Idoris Duarte, mostraron con gran habilidad la enorme dificultad interpretativa de la difícil obra Vâda (1982) para dos sopranos y conjunto instrumental, estrenada por el grupo Koan drigidos por Encinar 31 años antes, y que, según las notas del programa de mano, está “plagada de saltos, de una enorme dificultad técnica para las intérpretes”, donde sus materiales de limitan fundamentalmente a contrapuntos y a notas tenidas.
La última obra del concierto sin interrupción fue la fabulosa Acte Prêalable (1977-78) para cuatro percusionistas, una suerte de fusión de redobles de timbales, bombos, maracas y gongs, alternándose y superponiéndose continuamente y creando una plasticidad atronadora llena de sugerencias y que envuelve continuamente al espectador. Para muchos críticos, se trata de una de las grandes obras del compositor, tanto por su complejidad técnica, de escritura e interpretación, como para “toda la música de percusión en general”.
Puedes escuchar la obra Antar Atman, compuesta por Guerrero en 1980, pinchando aquí.
Javier Herrero

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