Fritz Lang
Los Nibelungos (La muerte de Sigfrido / La venganza de Krimilda)
2 dvds (1924) Divisa Home Video
En la época en que el director alemán Fritz Lang (1890-1976) filmó Los Nibelungos, era ya un director reconocido y famoso, tras el éxito conseguido por el primer film de la serie El doctor Mabuse (1922) y con la maravillosa Las tres luces (1921). Eso le permitió embarcarse en un ambicioso proyecto que muchos han visto como una reacción creativa a la fastuosa Intolerancia (1916) de David Wark Griffith (1875-1948), pese a que más bien parece que obedeció a un intento de plasmar el espíritu alemán con una de las leyendas más importantes de su cultura.
Lang se basó libremente en El cantar de los Nibelungos (Nibelungenlied), poema épico alemán del siglo XIII en el que también se inspiró Richard Wagner (1813-1883) para componer su tetralogía operística El anillo del Nibelungo. Este texto de autoría anónima reúne muchas de las leyendas mitológicas de los pueblos germánicos y narra la gesta de Sigfrido, un cazador de dragones invulnerable por haberse bañado en la sangre de una de estas bestias, que logra la mano de la princesa Krimilda. Pero una secuencia de ambiciones palaciegas hacen que el traidor Gunter atente contra la vida del valiente guerrero utilizando para ello el único punto de su cuerpo que no se impregnó de la sangre del dragón al haberse depositado sobre él una hoja de tilo. Gunter se casará con Krimilda y posteriormente una serie de venganzas arrasarán con sus pueblos.
Fritz Lang |
Una leyenda (patrimonio del Programa Memoria del Mundo de la Unesco desde 2009) que Fritz Lang tardó casi dos años en llevar a la pantalla (con guión suyo y de la entonces su esposa Thea von Harbou) y que presentó en dos partes tituladas La muerte de Sigfrido y La venganza de Krimilda, en las que desglosa las aventuras fantásticas con dragones y enanos, epopeyas y heroicidades, además de todas las pasiones con las que las leyendas suelen reflejar la realidad del comportamiento humano, más allá de la fantasía y de la imaginación. De hecho, el escritor y teórico Siegfried Kracauer (1889-1966) señala en su libro De Caligari a Hitler que determinados elementos escénicos de la película subrayan la omnipotencia de la dictadura, en especial “adornos” humanos, como la pasarela de desembarco por la que desciende Brunilda o la imagen de unos enanos encadenados que actúan como pedestales decorativos de una urna gigantesca. La autoridad absoluta de los dictadores se refleja, considera Kracauer, “disponiendo a la gente bajo su dominio en diseños agradables”, en lo que supone el triunfo de lo puramente artificioso sobre lo humano (fuente: www.miradas.net).
Puedes ver la secuencia de la lucha de Sigfrido con el dragón pinchando aquí.
Javier Herrero
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