miércoles, 15 de octubre de 2014

El devorador de calabazas

Penelope Mortimer

Penelope Mortimer
El devorador de calabazas
Impedimenta, 2014

Descarnada e implacable, aunque revestida de comedia costumbrista, algo oscura y dramática, El devorador de calabazas es una obra absolutamente deslumbrante sobre la relación de una mujeres en su (sus) matrimonio(s) y de cómo afronta su (sus) maternidad(es). Concretamente, esta mujer es la señora Armitage, para quien el sentido de su vida está ordenado en función de sus hijos, de su educación y de tener uno detrás de otro, pues, tras pasar por cuatro matrimonios, su única finalidad es seguir teniendo más y más hijos.
El libro, fabuloso en su narración, comienza con una sesión de la mujer con un psicólogo, al que ha acudido para tratar de poner freno a su irrefrenable ansiedad de seguir siendo madre. Es la misma señora Armitage la que narra todo el relato en primera persona, lo que aporta una mirada muy subjetiva y sugerente, casi como si estuviéramos leyendo su diario más íntimo y personal. De hecho, todas las situaciones suceden en presencia de la narradora y no hay nada, salvo sus pensamientos, ansiedades y deseos, que no pertenezca al ámbito de la experiencia directa de la mujer.
El devorador de calabazas fue escrita en 1962 por la escritora galesa Penelope Mortimer (1818-1999), y tiene mucho de sus vivencias personales. Fue hija de un clérigo descreído que abusó de ella durante toda su infancia. A los 19 años se casó por primera vez y tuvo dos hijos de ese matrimonio y otros dos fuera de él, de dos hombres diferentes. Durante uno de esos embarazos, conoció al escritor y abogado John Mortimer (1923-2009), un reconocido mujeriego, con quien tuvo dos hijos más. Cuando ya era madre de seis hijos de cuatro hombres diferentes, trató de suicidarse aunque fracasó y, posteriormente, se sometió a terapia freudiana psicoanalítica y, en vista de su inutilidad, a tratamiento electroconvulsivo, hasta que, tras abortar una vez más y quedarse por octava vez embarazada, fue esterilizada por recomendación de su médico. En suma, una vida realmente dramática, que rayó el delirio, aunque no le restó energía suficiente como para crear una obra literaria, breve y muy inspirada en sus propias vivencias, además de escribir guiones cinematográficos y numerosos artículos periodísticos.

Cartel de la película basada
en El devorador de calabazas
Esta novela se nutre precisamente de muchos de sus avatares vitales, de sus frutraciones, sus desengaños y sus relaciones con los hombres, con sus hijos, e, incluso, con las amantes de sus maridos. El título, El devorador de calabazas, parece proceder de un breve texto en forma de canción infantil que Penelope Mortimer escribe al inicio del libro:
Pedro Comecabezas / tenía una mujer / que no podía retener /En una calabaza la metió / y allí muy bien la conservó
Casi sobran las palabras... Pero que nadie se espere de este libro un dramón como la copa de un mino, de esos de cortarse las venas. Entre todo este argumento hay mucho humor, mucha ironía, un modo de ver la vida de manera melodramática, pero muy ameno, como si lo que narra la protagonista en primera persona no tuviera más remedio que vivirlo y asumirlo como natural (pese al sufrimiento que padece por ello) y sacándole todo el jugo posible a su destartalada vida. Es, en suma, un nuevo regalo literario de origen británico que nos regala de manera realmente glamurosa la editorial Impedimenta, con sus magníficas ediciones y buenas traducciones, en este caso realizada por Magdalena Palmer. De este texto existe una versión cinematográfica, filmada solo dos años después de ser escrito por Jack Clayton, con adaptación de Harold Pinter, e interpretado, nada menos que por Anne Bancroft y Peter Finch.
Por cierto, el próximo domingo se cumplen 15 años del fallecimiento de Penelope Mortimer y comenzar este libro puede ser un buen homenaje a esta mujer castigada y valiente.
Puedes ver el trailer de la película basada en este libro pinchando aquí.
Javier Herrero

No hay comentarios:

Publicar un comentario