Meshell Ndegeocello
Pour une âme souveraine (a dedication to Nina Simone)
Naïve, 2013

Tras más de veinte años de carrera, la estadounidense
Meshell Ndegeocello se ha convertido por derecho propio (de su arte interpretando) en una de las más interesantes cantantes actuales del jazz, sin hacerle ascos a una concepción de este género cercana a patrones más propios del pop. Una manera de descubrir esto es escuchándola con detenimiento (si es posible en directo, mejor) acercándose a las canciones de su décimo disco publicado, Pour une âme souveraine, que, como dice el subtítulo, se trata de un homenaje a una de las grandes de la historia vocal del jazz:
Nina Simone. Junto a sus músicos habituales,
Chris Bruce (guitarra),
Jebin Bruni (teclados) y
Deantoni Parks (batería), la cantante, compositora, bajista y poeta nacida en Berlín aunque adoptada y educada en Washington, invita a otras cantantes actuales para hacer un repaso a unas cuantas canciones interpretadas y compuestas por Nina Simone, algunas tan conocidas como
Please don’t let me be misunderstood o la compuesta por
Leonard Cohen,
Suzanne, entre otras. Así, hay momentos gloriosos de las voces entrelazadas de Ndegeocello con
Toshi Reagon,
Sinéad O’Connor,
Lizz Wright,
Valerie June,
Tracy Wannomae y
Cody ChessnuTT, alternándose con otras cantadas por ella sola. Una perla más en la carrera de esta intensa mujer que tanto rapea como susurra dulcemente en nuestros oídos y que, a los 17 años, tomó su sobrenombre Ndegeocello de una palabra suahili que significa “libre como un pájaro”.
Puedes ver el vídeo de
Black is the color of my true love's hair pinchando
aquí.
Javier Herrero
Santo Machango
Dopamina
(Grabaciones silvestres / República del Ritmo, 2013)
Me arriesgo, me arriesgo... a incluir en esta selección de jazz el atrevido, vigoroso y ecléctico funkie de esta nueva formación procedente de las Islas Canarias;
Santo Machango, nombre que procede de dos palabras usadas en las islas: ridículo, tonto..., y con las que quieren marcar el desenfado, la frescura y la pequeña dosis de gamberrismo con la que se quieren presentar al mundo entero. Una propuesta que se inicia con
Dopamina y que no se priva de estribillos adictivos engolados con la impostura hip-hopera y agitados con el ritmo de la música funk, la
reggae y el soul. Una banda gamberra que retoma los sonidos de las primeros 90 lanzando torrentes de energía en forma de píldoras cantadas y bailadas. Aseguran que sus directos son frenéticos y vitalizadores, tal y como han demostrado ya en el Festival
Arena Sound en dos ocasiones, en el Festival Esperanzah belga, en el
Barraques de Reus, en el de Carcassone (Francia) o en el
Rock Villa de Madrid. Pero esto es el pasado... Desde ahora se lanzan de nuevo a la carretera y rometen sensaciones fuertes en escenarios de Barcelona (
Sala Apolo, 29 de mayo), en el
Festival Fête de la Musique de Pau (Francia, 21 de junio), en Eauze (Francia, 6 de julio) o en el
Festival des Garennes (Francia, 3 de agosto) como primeras fechas confirmadas (puedes ver los detalles de la gira pinchando
aquí).
Puedes ver el vídeo de
Narco pinchando
aquí.
J.H.
Raphael Gualazzi
Happy mistake (Sugar, 2013)
Reality and fantasy (Sugar, 2012)

Este tipo de personajes despiertan ese sentimiento tan común de envidia (sana, eso sí) por la habilidad técnica y artística que posee a la hora de interpretar el piano. Con solo 31 años,
Raphael Gualazzi es un virtuoso del intrumento y parece que hace lo que quiera con él, con alegría y siguiendo esa nueva tendencia del jazz contemporáneo de conjugar la calidad del jazz con el espectáculo del pop. Fue representante de Italia en el
Festival de Eurovisión de 2011 (con un espléndido segundo puesto), año en el que también ganó el
Festival de San Remo en la categoría de
Nuevos artistas. Un virtuoso que tanto canta como interpreeta el piano, que se acerca a la canción pop como toca cosas más serias. Acaba de aparecer su
Happy mistake (2013), que viene a unirse al que no hace demasiado tiempo jugó entre
Reality and fantasy (2012), dos trabajos en cierto sentido complementarios, donde explora el aspecto crooner de sus habilidades musicales y vocales, con un torrente swing desbordando por todos los temas, en los que se acompaña a sí mismo al piano, virtuoso y frágil e intenso a la vez.
Puedes ver el vídeo de
Sai (ci basta un sogno) pinchando
aquí.
J.H.
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