miércoles, 26 de febrero de 2014

Alucinaciones

Retrato de Oliver Sacks realizado por Javier Herrero

Oliver Sacks
Alucinaciones
Anagrama, 2013

Esto no es un sueño.
Parece real. Nuestros sentidos nos dicen que está ahí, aunque no podemos hacer nada por participar de ello. Lo observamos, lo oímos, nos toca incluso, pero es ajeno a nuestra voluntad. Aparece sin que tenga relación aparente con nada de nuestra reciente o antigua experiencia. A veces, nos produce ansiedad; otras, indiferencia, quizá miedo. Puede ser amable a nuestra percepción, puede que nos confunda o que ni siquiera entendamos qué es lo que estamos experimentando.
Es una alucinación.
Puede que provocada por alguna alteración o problema neurológico, o, quizá, creada por alguna sustancia que actúa con esos curiosos efectos secundarios.
Se dice que no vemos con los ojos, ni oímos con los oídos, ni olemos con la nariz. Es el cerebro el que traduce todos esos estímulos externos transmitidos por nuestros sentidos en forma de formas, placeres, olores, sonidos, miedos...
El doctor londinense Oliver Sacks, profesor de neurología clinica y psiquiatría de la Universidad de Columbia (Nueva York), nos introduce, de nuevo con su fascinante manera de contar las cosas, en un mundo que parece extraño pero que está más cerca de todos nosotros de lo que imaginamos, precisamente, las Alucinaciones.
¿Quién no ha tenido alguna vez la sensación de que alguien nos observa? ¿O de haber oído alguna frase sin que haya nadie cerca que la pronunciara? ¿O de sentir alguna presencia justo antes de dormir o nada más despertar?
Antiguamente muchas de estas experiencias estaban asociadas a la locura. Ahora, como cuenta Sacks, se sabe que la mayoría de ellas son tan solo problemas neurológicos que generan percepciones fantasma provocadas la mayor parte por determinadas privaciones sensoriales, el alcohol, las drogas, algunas enfermedades o ciertos tipos de lesiones.
Lo de que la realidad supera a la ficción se hace verosímil cuando se leen los casos que narra Oliver Sacks, con esa habilidad que tiene para trascender la literatura clínica y convertirla ni más ni menos que en literatura. Y es que parece ser que mucho del imaginario popular (ángeles, brujas, demonios, extraterrestres...) puede provenir precisamente de estas percepciones extrañas que experimenta el cerebro de ciertas personas en determinadas situaciones y bajo determinados contextos. Incluso la obra de autores tan significativos como Fiódor Dostoyevski (1821-1881), Evelyn Waugh (1903-1966), August Strindberg (1849-1912) o Ami Tan puede que haya sido influida por las alucinaciones que sufrieron en sus vidas.
El autor de El hombre que confundió a su mujer con un sombrero (Anagrama, 2005) o de Un antropólogo en Marte (Anagrama, 2001), entre otros muchos ensayos –todos fascinantes–, nos desvela los posibles efectos metasensoriales que pueden producir ciertas cegueras (síndrome de Charles Bonnet), la privación sensorial o la estimulación artifical por medios controlados, perversos, medicados o por placer, de las drogas y el alcohol. Nos involucra a casi todos con las experiencias visuales y sonoras que pueden tenerse momentos antes de quedar dormido o justamente en el instante del despertar. Relaciona los delirios y las mentes obsesionadas con algunos muy famosos acontecimientos y personajes históricos de visionarios, embrujados o místicos; también narra con bastante detalle experiencias estudiadas por él mismo de algunos enfermos de migrañas o de epilepsia, llamada esta de forma metafórica, la enfermedad sagrada.
Los fantasmas, los dobles, los miedos evanescentes... se dan cita con gran profusión de ejemplos clínicos en este magnífico ensayo sobre los estados alterados de la experiencia sensorial. Una obra que abre la mente a la visión de otros mundos que, como decía el anuncio, están en este.

PD.: Me viene a la memoria el recuerdo de un título de Jack London (1876-1916) –que Sacks no cita en Alucinaciones– que puede ser un ejemplo claro de cómo la privación sensorial puede provocar las más insólitas alucinaciones. Se trata de El vagabundo de las estrellas (Nórdica Libros, 2013), obra escrita en 1915 en la que el escritor inglés narra la historia de Darrell Standing, un convicto por asesinato que se ve sometido a una tortura atroz, hallándose inmovilizado y en la más absoluta oscuridad (una tortura que recuerda algunas lamentables actuaciones muy recientes; léanse Guantánamo o Abu Ghraib). En esa situación, la mente del convicto vaga por sus vidas anteriores, pasadas, fantasmas, que, en realidad, son fantasías de una mente que precisa de escape a una situación insoportable.

Fotograma de Johnny cogió su fusil
También el cine ha dado ejemplos de este caso. Es también el tema de la famosa y terrorífica película Johnny cogió su fusil, película que filmó en 1971 Dalton Trumbo (1905-1976) basándose en una novela escrita por él mismo en 1939. En ella habla de Johnny, un joven soldado terriblemente mutilado durante la guerra y que, privado de sus sentidos para comunicarse con el mundo real, se da a ensoñaciones místicas en las que consigue abandonar de forma extraordinaria la cama en la que se ve postrado  a causa de sus lesiones y de la que no puede moverse en absoluto.
Puedes ver la relación de títulos de Oliver Sacks editados por Anagrama pinchando aquí.
Javier Herrero